8 consejos para ayudar a nuestros hijos a enfrentar la presión social
Marzo 01, 2024
Pertenencia es una palabra que aparece en la vida de nuestros hijos en la pubertad y la adolescencia, porque es cuando empieza a tomar importancia el hecho de formar parte del grupo de niños(as) que ellos admiran.
Por eso, como padres, debemos estar atentos porque la influencia de sus pares en esa época es mayor que en otras, debido a que, por no querer ser tratados como raros o diferentes, son capaces de hacer acciones que pueden estar al borde de lo correcto, aun cuando el chico crea que lo correcto es hacer exactamente lo opuesto.
Pero antes de adentrarnos en algunos consejos para enseñarles a nuestros hijos, debemos aclarar que la presión de grupo no siempre puede ser negativa, existen casos en el que son los amigos, los que animan a nuestros hijos a desarrollar nuevas habilidades e intereses como la lectura o practicar algún deporte.
No obstante, como padres, sabemos que con nuestro acompañamiento podemos guiarlos a su correcto desarrollo sin que afecte la integridad de ellos o de los demás:
- Decir "No" con respeto: al enseñarles a establecer límites, podemos lograr alejarlos de influencias negativas y esto se logra mediante la evaluación de situaciones. Una forma de ejemplificar puede ser jugar a cambiar de roles con tu hijo, donde muestres situaciones en las que tu hijo deba negarse a algo. Ojo: no es una negociación, ni mucho menos un conflicto, se trata de expresar nuestra opinión, con un "No, gracias. No en esto".
- Pensar por sí mismo(a): antes de actuar, debe considerar posibilidades y a evaluar mejores, y peores escenarios.
- Dialoga con tu hijo: si le contamos anécdotas de nuestra infancia sobre acciones positivas y negativas que hiciste, ayudarás a fortalecer la confianza y también nos permitirá ver que nosotros también nos hemos equivocado.
- Trabajar la autoestima de nuestros hijos: hará que no necesiten buscar el reconocimiento de sus amigos y también serán menos influenciados por ellos.
- Proveer herramientas para distinguir entre el bien y el mal: debemos fomentar, desde pequeños, aquellas acciones que están bien y aquellas que están mal. De esta forma, al crecer, podrá reconocerlas fácilmente y apartarse de las negativas.
- Conocer a su círculo de amigos: no podemos escogerles los amigos, pero sí podemos enseñarles a elegir algunos que aporten valores y experiencias positivas.
- Hablemos abiertamente de los temas delicados como drogas, alcohol, enfermedades de transmisión sexual, etc.
- No reacciones de forma exagerada si tu hijo te cuenta cosas malas que hacen sus compañeros, es mejor dejar de lado los gritos o sermones y usar estos momentos para hacer a nuestros niños reflexionar sobre lo que puede ocurrir cuando se adoptan conductas de riesgo.
Otras ideas que puedes aplicar, en ocasiones, para que tus hijos lidien con la presión del grupo es permitirles que te pongan, ante sus amigos, el papel de malo como, por ejemplo: "Parece que la van a pasar genial, pero mis padres tienen algo que hacer y tengo que ayudarlos". También podemos ser el 911 de nuestros hijos, dándoles el voto de confianza de una llamada de ayuda cuando se sientan incómodos por una situación en la que se encuentren, algo así como una cláusula de escape. Claro está, aplica en el momento, luego indagaremos sobre el tema y no con intención de regañarlos, sino de asesorarlos.
El hecho de saber que como padres estamos disponibles para ayudarles, les permite a nuestros hijos tomar buenas decisiones y alejarse de las circunstancias dañinas.
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